El debate sin fin de la piratería y los Pdf´s

 Para variar, estos días se ha generado debate en redes sociales acerca de la piratería: los infames Pdf´s. Y ya que parece ser un tema que jamás va a morir, quisiera exponerles de una vez y para la posteridad mis reflexiones: desde mi experiencia y observaciones.

Frecuentemente, el foco de la discusión está en que los lectores se piratean archivos de libros, que está mal, un crimen. No negaré lo anterior: la propiedad intelectual es un tema comercial sumamente importante y tipificado en las últimas décadas pero creo que muchos no salimos del privilegio personal. Que yo pueda hacerlo no garantiza que absolutamente todos los demás puedan. Porque muchas veces esto no es cuestión de voluntad, sino de poder adquisitivo. Y muchos no tienen la posibilidad de comprar un libro de $400 pesos mexicanos o $20 dólares.

¿Por qué no ahorran y compran el libro? Hay personas que no pueden permitírselo. Supongamos que puedan. ¿Se han puesto a pensar si siquiera tienen acceso a una librería? He notado que muchas de las personas viven en ciudades relativamente importantes (CDMX, Guadalajara, Monterrey) pero les recuerdo que muchísima gente vive en pueblo y no cuenta con ellas. En muchos municipios hay libreros ambulantes que venden libros piratas en físico. Yo tardé años en darme cuenta: les aseguro que muchos ni se enteren que pagan el mismo precio por un libro ilegal. Al menos donde vivo, hay una tienda de periódicos que me conseguía los libros subiéndole como $70 pesos o $4 dólares. El acceso a lo libros, geográficamente, es desigual. Si bien yo pude hacerme de muchos ejemplares, no podía mantener el ritmo de compra/lectura porque los costos resultaban exorbitantes para una adolescente de 13 años. Lo cual me lleva al siguiente punto: si uno tarda meses en ahorrar para un libro ¿debe verse forzado a reducir su ritmo de lectura? Porque siento que olvidan que muchos de esos pirateadores de libros son adolescentes: que disponen de toneladas de tiempo libre pero obviamente, al no trabajar, sus ingresos son mínimos, condicionados por sus padres y no me digan que se pongan a trabajar: el trabajo doméstico no es remunerado y si bien algunos pueden permitirse trabajar, ya no dispondrán del tiempo para leerlo.  

¿Por qué no los sacan de las bibliotecas públicas? Spoiler: muchas bibliotecas no cuentan con préstamo de libros externos. Tienes que aventártelo ahí dentro. ¿Se imaginan leer un libro de mil páginas en la biblioteca, cuántos días y horas tendrán que dedicarle? Porque yo donde vivo, en Guadalajara, hago 45 minutos para trasladarme en transporte público y llegar a la biblioteca pública. ¿Qué pasa con quienes viven a hora y media en transporte público que cuesta dinero, especialmente si tomas dos? Porque con la escuela y/o el trabajo, muchos no pueden darse el lujo de moverse y pasar algunas horas ahí. Me pasó a mí. Y las que sí tienen préstamo externo, tienen un catálogo súper limitado y desactualizado. Y ni hablemos de estos meses ¿qué bibliotecas, precisamente ahora que muchos cuentan con mayor tiempo?

Pero hay libros gratis y legales disponibles en línea. ¿Me están diciendo que si no tienes posibilidades económicas, que están condicionadas por tu clase social, te chingas? Eso es el colmo del egoísmo: negar a otros leer lo que quieran. ¿A poco creen que un chavito de quince años, que nada ha leído en su vida se va a acercar a los clásicos porque sí, sin ninguna orientación o recomendación? Porque recordemos que mucho contenido en redes sociales, los bookfluencers, promocionamos contenido actual. Los booktubers y en general todos los lectores promotores de lectura en redes sociales más famosos son precisamente quienes hablan de libros contemporáneos. Y ni hablemos de la promoción que hacen las editoriales.

Pero si hay piratería, se desalienta la publicación. Totalmente falso. Quienes leen en Pdf´s es porque son incapaces de comprar el libro y seguirán sin hacerlo. Pero muchos lectores terminan compartiendo la lectura con sus amigos o promoviendo en redes sociales -que se traduce en que quizá convenzan a alguien más, que pueda, a comprarlo. El primer Pdf que leí fue Bajo la misma estrella, y tan pronto como pude lo compré. Además, muchísimo de ese dinero no se va a a los autores: se va a grandes corporaciones.

En fin, personalmente procuro no consumir libros piratas. Le he entrado mucho a comprar en digital, pero aun así la diferencia del físico son como de $50 peso o $2.5 dólares. Yo puedo permitírmelo ¿Y los demás? Que yo defina una postura personal de no consumir piratería no me da derecho de definir las de los demás, sin tener en cuenta sus condiciones. Además, muchos de ellos están descatalogados en español. Y mi inglés no está tan perfecto para aventarme tochos de ciencia ficción dura en inglés lo cual me lleva a ¿quién creen que tiene la posibilidad económica para aprender OTRO idioma? 

Tengo dos conclusiones: primero, a hacer un consumo más ético de nuestros libros. No tratar de comprar de grandes librerías que tienen muchísimas ganancias, sino a aquellas librerías independientes donde cada peso cuenta para salir con los gastos del mes. Y lo mismo con las editoriales: consumir de las independientes, donde se esfuerzan por vender y traernos autores sin tanto reconocimiento, pero con igual o mayor prestigio que las editoriales enormes. Porque les aseguro que esas dos no sólo sobreviven, se comerán a las pequeñas. Y seguirán acaparando autores y vendiéndonos a precios exorbitantes por el monopolio que comparten. Porque esta cara del debate suele dejarse de lado: nunca se cuestiona a los que imponen precios altísimos, sabiendo el público al que le venden.

Y más importante aún: intentar no hablar desde nuestros privilegios. Yo recuerdo que en mi adolescencia llegué a consumir bastante Pdf's y compraba cada que podía: visitaba Guadalajara una vez al año a lo mucho. Les recuerdo que para muchas personas que viven en pueblos, es inconcebible ordenar por Internet. Muchos no saben de esta opción, y quienes sí dependen económicamente de sus padres. Soy consciente que soy una persona de clase media alta: intentaré siempre comprar mis libros. Pero no puedo juzgar a quienes no actúan como yo cuando su clase socioeconómica no lo permite.