Época de cerezos | Laura Baeza

"Ustedes son el patio trasero, el patio al sur -dijo-, lo que está sucediendo allá es consecuencia de los malos manejos de esas personas que me dices. Ya pasó en otras partes del país, ahora la mancha se extendió a la frontera que, para ser sinceros, importa menos."

Título: Época de cerezos

Autor: Laura Baeza
¿Saga? Autoconclusivo

Editorial: Paraíso Perdido

Fecha de publicación: 2019

Número de páginas: 149

Al sur fronterizo de México, en un pueblo olvidado por casi todos, explota una planta nuclear, y sus habitantes, entre desconcierto e incredulidad, deberán continuar con sus vidas a costa de la radiación, justo como vivieron antes del desastre: a pesar de la corrupción, de la violencia y de la impunidad. Ganadora del Premio Nacional de Narrativa Gerardo Cornejo, Laura Baeza, presenta en Época de cerezos una realidad retorcida, ensimismada y colapsada, a través de diez cuentos que dialogan entre sí y que giran en torno al mismo suceso: la explosión; producto de las malas decisiones, indiferencia y egoísmo de los afectados (sinopsis de Goodreads).

Empecé este libro sin saber nada de la historia o temas que trata. En abril o mayo gané un sorteo de la editorial Paraíso Perdido y aunque estaba interesada en algunos, éste título jamás lo había escuchado, así que decidí leerlo porque vi que era corto. Pero no era consciente de la enorme joya, de la riqueza y lo bárbaro que es este libro.

Para empezar, me encanta que sea una colección de cuentos con continuidad. Como se lee en la descripción del libro, un incidente acontece en un pueblo del sur de México: hay una explosión en la planta nuclear de la ciudad. Y la vida de los personajes se mueve en torno o a pesar de este hecho. Incluso hay un par que se cruzan. Personalmente, a veces me cuesta leer colecciones de cuentos por la discontinuidad que tienen: pero aquí no es el caso. Cada cuento parece ser una pieza del rompecabezas que nos logra plasmar esta ciudad, la vida en ella, desde diferentes puntos de vista que nos hacen apreciarla más a profundidad.

"Se quejó tanto de su miseria anterior, pero aquí vino a conocer otro infierno"

Aparte de la variedad de historias y perspectivas, Laura logra darle una voz propia a cada personaje: sí se siente la diferencia al leer la voz de una adolescente y la de un adulto joven. Y es que esa variedad de figuras (universitarios, estudiantes de preparatoria, trabajadores de edad media, tenderos) te permite ampliar y explorar diversas vidas, diversos aspectos de la ciudad.

Es un libro que retrata la cotidianidad con escenarios cercanos pero donde irrumpe lo extraordinario, algún elemento que trastoca la realidad. Le da giros perturbadores y plasma la irrupción de lo fantástico. Supongo que intenta una herramienta de desautomatización: que abras los ojos y te extrañes. Pese a la variedad de elementos que maneja, se sienten naturales en este mini universo. Y lo logra con maestría, porque hay libros que de tanta cosa que meten y mezclan todo queda a medias o colgando, pero este no es el caso. 

Un libro que te obliga a leerlo lento, pausado: porque te trae a la mente recuerdos, escenas similares tan cotidianas pero también inquietantes. Que te hacen replantearte la normalidad con que tomas ciertos hechos, que te obliga a examinar la triste y sinsentido que es nuestra realidad. Leer este libro fue recibir constantes cachetadas, que te restriegan la horrible realidad en que vivimos. Que te recuerda que sin importar qué tan deconstruido estés, tu entorno sigue igual, sin cambiar: y te angustia demasiado.

"Que quede constancia, compadre, de que no tengo nada en contra de las viejas, son muy chulas si permanecen calladitas y no lo meten a uno en problemas."

Hay un cuento que me dejó impactada. Retrata cómo la violencia está latente bajo nosotros: esos instintos primarios de hacer daño, de atacar, de sangre. Que solo esperan una razón suficiente para salir a flote y justificarse. Asimismo, me sorprendí releyendo una y otra vez la misma frase de otro cuento, porque no quería leer el final: aunque desde páginas antes ya sabía que pasaría, no quería verlo.

Ay, me angustia especialmente este libro porque retrata la realidad mexicana que muchas veces ignoramos: la corrupción en funcionarios públicos, de pueblos marcados y arruinados por la contaminación de desperdicios. Narra la naturalidad de cómo conforman ahora parte del paisaje y lo terrible que es vivir ahí. Muchos tenemos el privilegio de vivir en lugares relativamente descontaminados e ignoramos, olvidamos que existen sitios donde el mismo aire es pesado, donde suceden accidentes ambientales que hacen directamente peligrar sus vidas.

Fue una experiencia muy curiosa leer este libro porque me veía a mí misma en algunos personajes, o podía relacionar cierto diálogo o hecho con experiencias que tuve. Es de esos libros que te hacen admirar la literatura pues son un reflejo de ti y tu realidad; y a la vez, el tipo de libro que te obliga a ver más allá de tu privilegio. Que te obliga a voltear a otros lugares. Creo que un gran acierto del libro es que la ciudad donde se centra no tiene nombre: como representación de todos esos pueblos y ciudades del sur, ignoradas y desdeñadas por el centro y norte de México.

Laura te obliga a ver el lado feo de México, sin romantizar, que queremos ignorar: funcionarios públicos corruptos, periodistas coludidos, racismo, los prejuicios, el rezago del norte y el sur, feminicidios, la discontinuidad en las administraciones gubernamentales, desaparecidos y secuestros. Y te lo presenta a través de personajes de forma cercana, con su propia vida y ambiciones. Como las personas comunes que son.