La cancelación de J. K. Rowling

En estos días, para variar, Rowling vuelve a ser tendencia en redes sociales. A estas alturas creo que todxs conocemos sus múltiples declaraciones que han causado respuestas muy divergentes: desde quienes defienden ciegamente a la autora a quienes niegan su autoría de Harry Potter y simbólicamente la matan. ¿Cuál es mi postura respecto a ella?

Antes que nada, quiero aclarar que todxs somos libres de expresar nuestra opinión. Si a ti no te gusta el chocolate, eres libre de decir que no te gusta y te sabe feo. Pero ¿qué pasa cuando hablas de personas vivientes que sienten? ¿Cuándo cuestionas su identidad? En la universidad tenía un profe maravilloso que decía que la libertad de expresión va acompañada de responsabilidad posterior. No puedes decir cualquier barbaridad acerca de otras personas y esperar que nadie te contradiga porque es "tu opinión". 

Rowling era una mujer que admiraba mucho: pasó por muchas dificultades, publicó unos libros mágicos y grandiosos e incluso se acercó a la comunidad LGTB, declarando la sexualidad de uno de los personajes. Creo que por eso duele tanto, porque pareciera que lo hizo para congraciarse con esa comunidad y ganar más fama. En cierta forma, en sus libros refleja el valor de la tolerancia y amor pero parece ser que cierta parte de la comunidad, la trans, no es de su agrado y niega su existencia. Lo cual me parece inaceptable, pues habla desde su privilegio de mujer cis. Creo que quienes deben de resonar más fuerte son ellos: a nosotros nos toca escuchar sus voces, no es nuestro papel monopolizar la discusión y dictaminar. Es tan ilógico como cuando se forman comités masculinos para discutir el tema del aborto.

Estoy consciente de su rucifixión en redes sociales y quizá es algo extremista. Esto me causa un poco de conflicto: por una parte, siento que hay unxs que están yéndose al extremo de desearle muerte y eso causa que muchísimxs defiendan abiertamente a Rowling, bajo el argumento de que es una mujer que deciden silenciar cuando históricamente hemos sido sistemáticamente silenciadas. Pero quizás algunexs de ellxs son trans y están hartos de que nieguen su existencia. ¿Se imaginan, sentir algo que los demás tachan de fantasías, que sólo en tu cabeza, en tu vida privada está bien pero en la esfera pùblica no existes? Quizá el escarninio público está resultando severo pero algo que he aprendido del feminismo radical es que se necesita un cambio estructural: los grandes avances no se produjeron con voces tímidas pidiendo cosas amablemente, sino con gritos, exigiéndolo, quemando lo que se tenía que quemar. No me considero feminista radical pero es que de verdad alucino con que en pleno 2020 se siga negando la identidad de muchísimas personas. Es comprensible que no se queden calladxs esperando que quizás a sus hijxs les toque una vida mejor. Porque no hay que perder de vista que muchísimxs son durxs con ella por sus comentarios discriminatorios, por sus palabras: no porque sea mujer.

Y es que insisto, la razón de porqué es un escandalazo es porque esa mujer siempre ha promovido un discurso de amor y aceptación. Hizo grandes avances con la comunidad homosexual y de repente niega su identidad a la trans, como si no contaran. Y no por nada pero ella ha lucrado de eso. Rowling es una figura pública que tiene una responsabilidad social de la que no puede desligarse. No es lo mismo que un chavito de trece años publique sus opiniones llenas de prejuicias a una mujer madura, con educación universitaria, que sabe que millones la escuchan, que es consciente de esa comunidad, la discriminación que sufre y el impacto que tiene en ella. Porque ella es capaz de influir en el discurso que se mantiene hacia esa comunidad. Yo he visto a personas trans que adoraban sus libros y no sólo se muestran dolidxs, sino que también atacadxs personalmente. No puedo recalcar lo suficiente esto: las voces sobre la comunidad trans que deben resonar SON DE LOS MIEMBRXS DE ESA COMUNIDAD. No por nada siento que Rowling habla desde su privilegio, como mujer rica que goza de aceptación y popularidad, cuyas experiencias e identidad jamás se han cuestionado. Estamos ante una nueva generación que te critica por tu discurso: que seas famosx no te exenta de las consecuencias de tus opiniones.

Hay quien dice que estas nuevas generaciones son de cristal: que nada les parece y todo les ofende. ¿Y saben qué? En parte tienen razón. Es una nueva generación de individuxs que no vienen a soportar el machismo, racismo y discriminación de parte de nadie. Si ven algo que consideran que está mal, no les da miedo señalarlo. Porque el silencio es complicidad: observar pasivamente cómo alguien promueve discurso de odio te convierte en cómplice.

Lo cual me lleva a otro punto: nuestro papel como aliadxs. Muchxs de nosotrxs nos identificamos con nuestro género biológico: no tenemos ningún conflicto con ello y casi toda la cultura gira en torno a ello. Lo cual nos convierte en privilegiadxs: nadie cuestiona quiénes somos, y no sentimos discriminación en ese sentido. Por lo tanto, no nos corresponde a nosotrxs validar o dictar las experiencias de quienes viven o piensan distinto, pero sí tenemos la responsabilidad de escucharlos, de darles espacio para opinar. Y de manifestarnos contra quiénes los hieren. Es como con el feminismo: un hombre no puede considerarse aliado feminista cuando en reuniones con amigos permite que hablen libremente sobre el rol de las mujeres de forma machista, u observa pasivamente cómo sus primos rolan imágenes denigrantes y sexualizadas de mujeres. Ahí es donde entra su papel y responsabilidad como aliado: no necesitamos que monopolice nuestras marchas, sino que contribuya donde él ve un problema del que muchas veces nosotras jamás observamos o podemod actuar personalmente. Que aporte donde verdaderamente se necesita: no donde le sienta cómodo. A través de este ejemplo, quiero ilustrar la transfobia y nuestro deber ante nuestrxs compañeros.

En parte, entiendo porqué la indignación de muchxs defensores de Rowling. Entiendo que pueden coincidir en su visión. Y he visto reiterademente que sostienen que la atacan por ser mujer, porque muchísimos han cometido cosas peores que ella. Pero simple y sencillamente mantiene un discurso de odio, ella es consciente de ello y abiertamente se mantiene en su posición. Aquí no se condena la gravedad del error: se condena el error mismo. Y hay quien mantiene separar el autor de su obra pero los libros no se escriben solo. Spoiler alert: TODO está politizado. Y promover/consumir sus libros es hacer más rica a esa mujer, es brindarle una mayor plataforma para que dé sus discursos de odio. A través del consumo legitimas su discurso.

Lo cual me lleva a esta decisión que me duele: dejaré de promover sus libros en redes sociales. No será difícil negarme a sus nuevos libros, pero Harry Potter tiene un lugar especial en mi corazón: tengo demasiados de sus libros, es de mis favoritos. Pero estoy en contra de su autora y las historias las disfrutaré privadamente. No más promoción hacia ella: ni en el blog ni en Instagram. Esta es mi forma de protestar ante su discurso de odio. Y sí veo la ironía de hablar de ella ahora mismo, pero en cada booktag que hacía la mencionaba: tengo multitud de fotos y entradas sobre Harry Potter. Y ya no lo volveré a mencionar. Creo que merece una aclaración así como manifestar públicamente mi postura.