jueves, 15 de abril de 2021

Las escapistas: Misión Halloween | Carmen Vigo

 

Título: Las escapistas
Autora: Carmen Vigo
¿Saga? Autoconclusivo
Editorial: Independiente
Fecha de publicación original: 2020
Número de páginas: 99

"Seis amigas encerradas, 60 minutos para escapar. Todo empieza como un juego, pero pronto comprenden que su celebración es, en realidad, una carrera por vencer a un destino aterrador y sobrevivir a su pesadilla de Halloween." (Sinopsis de Amazon).

Por una parte, soy consciente de que la autora es autopublicada y joven... pero es que le veo demasiadas fallas al libro. Desde los personajes. Me encanta cuando una historia tiene muchos protagonistas. Pero eso implica un mayor esfuerzo y maestría del autor. Se sentía que la autora etiquetaba a los personajes y se explicaba su conducta y personalidad, más que mostrar a través de sus acciones y pensamientos su forma de ser. Aparte, no parecían chicas de 20: parecían morritas de quince. Fácilmente puedes intercambiarle el nombre y ni te enteras: la personalidad de cada una se define vagamente por una lista de características. Ni ganas me daban de ser amiga de alguna de ellas.

La narración, a pesar de ser fluida, no enganchaba. Digo, el libro no tiene ni cien páginas y me costó semanas leerlo: no por falta de tiempo, sino por desinterés. Tiene un aire de misterio, pero que no lograba captar tu interés. No sentía la menor curiosidad de saber qué le pasarían a estas chicas, a dónde les estaba llevando el juego. Asimismo, tiene errores de redacción que se repetían, diálogos fuera de lugar y explicaciones de más.

La ambientación es malísima: empieza de forma anodina y de repente da un giro macabro radical. Me encantan los plot twist pero estos deben de presentar cierta consistencia. En retrospectiva, deben cobrar sentido. Aquí, la autora escribe una historia que no desprende misterio en el desarrollo de acontecimientos ni en los diálogos, y de la nada el final es súper oscuro. Usa el recurso tramposo de dar mensajes crípticos (tipo no sabía que el juego cambiaría su vida o no sabían que se dirigían a su perdición), pero lo usa tanto que harta. Quítenle esos mensajes y no queda misterio en tres cuartas partes del libro.

Por otra parte, nunca entenderé la obstinación de algunos hispanohablantes por ambientar sus historias en regiones anglosajones, en meternos a la fuerza esa cultura en sus narraciones. Digo, el mercado editorial nos bombardea constantemente con historias de autores estadounidenses o ingleses, que hablan desde su propio contexto. Qué necesidad de presentarnos los mismos escenarios. Y es que no se sentía natural en la historia: hasta cuando describía el paisaje lo hacía de forma artificial, no con la familiaridad que debería tener un personaje que nace y crece en ese país, Irlanda.

Además, me daba cringe cuando se sacaba la canción una y otra vez en inglés. Es una historia en español: no debería de producirse el cambio de idioma, pues los diálogos y la narración están en español. Me parece una tremenda inconsistencia, ya que los personajes oían la canción pero sus conversaciones se desarrollan en otro idioma.

Como último punto, la autora subestima mucho al lector. No da de forma sutil la información: te la pone en la cara claramente una y otra vez, hasta el punto de enfadarte. Quizás si hubiera confiado en que el lector encontrara por sí mismo las respuestas, que eventualmente entenderá el sentido de la canción y los intentos de presagios, podría haberme convencido un poco.

Y el final es tan dramático que es ridículo: claramente intenta manipular las emociones del lector. Pero es un intento desesperado, pues a lo largo de la historia los personajes no logran generar sentimientos o interés en uno. Es de esos finales que quieren hacer inolvidables a los personajes, pero los de Carmen son los más planos que puedan existir.

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