viernes, 25 de diciembre de 2020

Reinvindicación de las relecturas

¡Hola a todxs! Hoy les quiero traer una entrada un poco diferente: las relecturas. Exceptuando dos libros importantes en mi vida lectora el innombrable porque su autora es transfóbica y Crepúsculo: libros que releí cinco veces o más jaja, nunca he sido muy asidua a las relecturas. Sostenía que habiendo tantos libros por leer en el mundo, con una lista de libros por leer que continuamente incrementaba, no encontraba sentido en revisitar una historia que ya conocía. Hasta cierto punto, se me hacía un desperdicio de tiempo.

Pero en el 2019, no sé porqué me entraron tantas ganas de releerme la trilogía de Los juegos del hambre: fue un impulso momentáneo que seguí y disfruté enormemente reencontrarme con esos libros. Irónicamente, fue mucho antes del anuncio de la precuela, así que sin querer me preparé jiji. En general, creo que en el 2019 no volví a releer nada más, pero marcó el inicio para mí. Este año estoy sorprendida por la cantidad de espontáneas relecturas que he tenido: hasta el momento llevo 10, una cantidad impresionante teniendo en cuenta que no alcanzaba esa cantidad tras varios años.

Con The Bell Jar, tengo una historia muy personal: llegó a mi vida justo en el momento en que lo necesitaba. Jamás había entendido leer un libro en el momento preciso y no creo que vuelva a pasarme en el futuro próximo. O al menos con la misma intensidad porque llegué a él con una idea vaga y parcial de él. Ya he hecho una extensa reseña en el blog hablando de esta maravilla, pero les puedo decir que tan pronto lo acabé, quería volver a empezarlo. Algo que nunca me había pasado. A pesar de que no lo he terminado una segunda vez es decir, no lo he releído de principio a fin, lo he estado releyendo, tengo una copia en cada casa (hasta en la de mi novio jaja), incluso un ejemplar electrónico en mi celular. He llegado a escucharlo en noches de insomnios. Es un libro que extrañamente me aporta paz y quizá en el futuro deje de amarlo tanto, pero sin duda marca estos años de mi vida y será un referente para mí, siempre.

Otro libro en una línea parecida es Radio Silence: lo leí creo que en noviembre pero desde enero lo vengo escuchando en audiolibro. Pese a que la protagonista está en prepa, su angustia es muy identificable y también me aporta paz como The Bell Jar. Tiene personajes entrañables, una historia apasionante y peculiar y un mensaje muy poderoso que en este libro lo sentí de forma muy fuerte. Siento que es una historia que debería de ser más promovida entre los jóvenes pues nos recuerda que no hay un solo camino al éxito, que cada quien debe encontrar aquello que lo apasiona sin seguir el mismo proceso o tiempos que los demás.

Una relectura inesperada para mí fue El guardián entre el centeno. Lo aborrecí en mi adolescencia pero su historia me dejó pensando estos meses y decidí darle otra oportunidad. También de este libro hay una larga reseña donde fangirleo de su genialidad. Dejando de lado el libro en sí, que me alegro de haber entendido finalmente, de lograr captar, me puso muchísimo a reflexionar sobre mí misma. La Iveth de 17 años y la Iveth de 23 que leen este libro son personas completamente diferentes, que leen con distintos ojos la misma historia. Me sorprende ver cuánto he cambiado. Probablemente la Iveth de 29 lo interprete desde otra perspectiva.

No sé si hayan oído hablar de este videojuego, Fortnite, que es terriblemente popular entre los adolescentes, niños y muchísimos jóvenes atribuyo gran parte de su éxito a que utilizan TODAS las plataformas disponibles para lanzarlo: Play Station, X Box, ordenadores, tablets y celulares. Es un mundo de gente jugando, literal. Digamos que finalmente cedí a su encanto por mis sobrinos jeje. El punto es que este juego, como muchos, parte de la premisa del libro Battle Royale: en una isla docenas de jugadores deben de enfrentarse hasta que solo quede uno en pie. Hasta llegan en un camión escolar, como en el libro. Por alguna extraña razón me dieron muchísimas ganas de releer esta historia y pese a su volumen, lo disfruté enormemente. En esta lectura me esforcé incluso en llevar apuntes de cada personaje, para lograr ubicarlos, y creo que eso mejoró mucho mi experiencia: podía poner cara, personalidad y algún recuerdo a los estudiantes, en vez de limitarme a ver morir a un montón de estudiantes sin nada más que un vago interés personal. Asimismo, como internacionalista, pude captar detalles que en mi adolescencia inevitablemente se escaparon.

Y también hice una lectura conjunta con mi novio de Sueñan los androides con ovejas eléctricas. Para él era primera vez, y puesto que lo leí hace tanto tiempo yo ya había olvidado muchos detalles. Así que fue un placer redescubrir esta historia acompañado de un amigo que estaba anonado. Incluso descubrí  algo importante sobre el protagonista que según yo recordaba nunca pasó. Fue súper chistoso.

Este año mi percepción acerca del tema de las relecturas ha cambiado radicalmente. Estoy considerando releer próximamente Atlas descrito por el cielo, mi libro favorito de realismo mágico que está entre mi top 5 del 2019. Y El Gran Gatsby, clásico que en preparatoria odié por superficial pero cuya decadencia empiezo a entender, a sentir su hipnotizante atractivo, como símbolo de una sociedad que creía ir sólo hacia arriba -hasta que la burbuja explota. Además, recuerdo que en Leer Lolita en Teherán hablaban maravillas del libro que quizá en su momento pasé por alto.

En conclusión: regresemos en nuestras lecturas, a los lugares que nos hicieron felices; demos segundas oportunidades a libros que pasadas versiones de nosotros mismos odiaron, pero quizás en la actualidad disfrutemos; releamos con nuestros amigos, para redescubrir con ellos y emocionarnos; dejémonos llevar por repentinos antojos de relecturas, sin importar la pila de libros pendientes. Reivindiquemos la importancia de las relecturas.

5 comentarios:

  1. ¡Hola! Me pasaba antes que también pensaba que las relecturas me estaban robando tiempo de leer otros libros que tenía en mi lista de pendientes pero desde hace ya un par de años vengo pensando lo que comentas en tu entrada: que como entendí un libro hace años no es la misma forma en la que lo voy a entender ahora porque he cambiado, he crecido y mi perspectiva sobre muchas cosas ha cambiado.

    ¡Nos leemos!

    ResponderEliminar
  2. Leí El Gran Gatsby hace un par de años ❤

    ResponderEliminar
  3. ¡Hola, Iveth!
    Yo también he decidido tener más relecturas. La experiencia es distinta y cómo percibes el libro también, sobre todo si ya pasaron muchos años desde que lo leíste. Me di cuenta de que no es pérdida de tiempo, porque al fin y al cabo estás disfrutando de un libro.
    Ojalá tengas un buen año y te gusten tus relecturas. Un beso☕💗

    ResponderEliminar
  4. Siempre he pensado lo mismo que vos pensabas... con tanto por leer pendiente no quiero perder tiempo releyendo. Pero hace rato y no sé porqué, he querido releer "rayuela" de Cortazar. Creo que lo haré este año.

    ResponderEliminar
  5. Holaa, qué bonito que te hayas reencontrado con ciertos libritos, yo sí que tengo costumbre releer, sobre todo libros ligeros cuando vienen a mi memoria, o libros que he amado mucho como Wolfsong, o ahora con Crepúsculo y una mentalidad, espero, más madura, y bueno, que sigas encontrando joyas :D
    Besos :3

    ResponderEliminar